Solía ser una persona muy cuadrada (y no hablo únicamente del físico) sino que la forma de aprender y trabajar tenía que ser en línea recta y determinaba el tipo de comportamiento que iba a tener.
Por me gustó la informática y actualmente el desarrollo web, porque muchas de las actividades que se puede hacer en la computadora dependen de rutas que son lineales, tareas que te llevan del punto A al punto B.
Como a muchas personas los nuevos cambios que son repentinos solemos poner resistencia y más cuando ya estabas acostumbrado a una forma de trabajar.
En mi caso surgió de muchas maneras, aunque la mayoría no fueran para el bien de todos, sí pude encontrar provecho a mi manera de aceptarlo y adaptarme a la nueva forma de trabajar como profesional.
Empecemos por las primeras situaciones que me fueron afectando con los años y como aprendí de ellas.
Mira de qué se trata:
El primer cambio fue con los clientes: Cuando conseguí mi primer cliente como Freelancer fue WOW. «Por fin estoy trabajando desde mi casa y voy a empezar a vivir de lo que me gusta». Pero cuando deja de pedirte trabajo te sientes molesto con el, empiezas a cuestionar tu trabajo, te haces preguntas del tipo ¿Qué le dejó de gustar? Y por último entiendes que todo lleva su ciclo.
Luego los ingresos variables: Cuando empecé a dar clases por internet empecé ganando bien, los demás meses iban de bien a mejor. Incluso aunque un mes fuera más bajo que el promedio no importaba porque soy una persona que acostumbra a ahorrar, no soy de comprarme muchas cosas materiales pero sí gastar en experiencias.
El entrar a la universidad, gimnasio y academia de baile (así como lo lees jeje) y llevar una dieta hicieron que mis gastos aumentaran. No había problema porque mis ingresos seguían estables, hasta después de año y medio que bajaron los ingresos considerablemente y los gastos subieron considerablemente.
Y para rematar, en la agencia donde estuve hace años, hicieron un cambio en la forma de medir tu desempeño en el trabajo, pero además tuve que compartir el trabajo con otro desarrollador cuando el 100% de los proyectos eran para mi.
Entenderás que cuando todos los proyectos dedicados a tu área son tuyos, es normal que ganes más, estaba bajo un esquema por hora entonces el sueldo era super bueno.
A lo que quiero llegar con esto y para resumirlo es: Te puedes quejar de todas las circunstancias malas que te pasen en el ámbito personal o profesional. En cierta forma es bueno quejarse (sin exagerar o involucrar a terceros), el cuerpo es muy sabio con las cosas que te pasan, cuando expones tu enojo diciéndolo en voz alta o diciéndole de buena manera a la persona que te ha ocasionado el enojo, sacas eso que llevas guardado y al final sientes un alivio por haberlo soltado.
Lo que no se permite es cerrarte a la nueva situación que te está sucediendo, porque puedes canalizar esa situación para bien o para mal.
En mi caso personal, el tener menos horas de trabajo hizo que despertara en mi el trabajar en proyectos personales que me apasionan, me dan el tiempo de pensar de forma más creativa para encontrar la solución a mi problema.
Hay una frase que me repito mucho que dice «La envidia se desperdicia en el envidioso». Puedes sentir envidia porque alguien tiene o logra algo que quisieras lograr, pero tienes dos opciones: Puedes pasártela quejándote o canalizar esa envidia como motivación para lograr tu también.
